miércoles, 16 de octubre de 2013

Irse o quedarse

"Parece que haya dos tipos de persona: los que siempre se van y los que se quedan siempre (...). Mejor, los que quiere quedarse y los que quieren irse"

" En realidad es completamente imposible estar completamente en un lugar o irse del todo (...) casi todo el mundo vive así ¿no? entre ir y quedarse, como en una frontera"

"Es como si estuviera dos veces exiliado, dijo Álvaro mirando la jarra, la primera por haber venido, la segunda por haberme quedado".

"Entonces, ¿había llegado el momento de seguir viaje? ¿Era ese su destino? ¿O esa era su fuga? ¿Quiénes eran más libres: los que se van aceptando su derrota o los que insisten en quedarse para ser vencidos?"

                                                 Andrés Neuman, El viajero del siglo





Irse parece movimiento, acción. Quedarse desistencia, conformidad, sin embargo, es también compromiso, la fortaleza del capitán que no abandona el barco. Irse tiene algo de abandono, de renuncia, pero es también  la valentía del explorador que busca lo nuevo, o la rebeldía del desertor que se escapa de lo antiguo, lo repetido. O Ulises que vuelve a Ítaca.
Quedarse es aferrarse al hogar y el desayuno por las mañanas, perseverar en los afectos. Tiene también la nostalgia del que contempla zarpar el barco y se queda quieto en el muelle adivinando mundos que nunca va a pisar. Que ve despegar los aviones y partir el tren atronando el andén que luego queda vacío. Y después vuelve a la casa callada.  Y espera.

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