domingo, 26 de enero de 2014

Por la vida



"Brindemos por la vida, por el vivir al día, por los buenos vinos, los buenos polvos, las miradas inquietantes, los ojos que te acarician, por las lunas inmensas...por las buenas frases, por los otoños, por los paseos, por los amantes, por las buenas canciones, por la buena gente..."  Brindemos. Aunque tú faltes.

sábado, 25 de enero de 2014

La casa como laberinto

" Toda casa es un laberinto; su habitante, también"
             
                                                     Sobre la casa y lo que esta nos muestra de quien la habita habla Andrés Neuman en su blog. De las casas-museo de los poetas y del visitante voyeur que se asoma, intruso, a ese espacio lleno de las cosas de quien la habitó y del vacío que dejó con su muerte. De lo que nos dice y no nos dice lo que vemos en ella.  De las casas que son exhibición exuberante del ego de su dueño o de las que fueron solo rincón, refugio íntimo, de quien en ellas vivió sin saber que jamás serían vistas. Interesante paralelismo hace Neuman entre la gradilocuencia y exuberancia de las casas de Neruda y su poética incontenible, barroca, adjetiva, que todo lo canta, que no da espacio al silencio.

domingo, 12 de enero de 2014

Além do horizonte



Le envié esta canción en mi último mensaje escrito. Ahora ya no está, solo su vacío en ese espacio vago de nuestras conversaciones virtuales, pobladas del paisaje de nuestra infancia y de pequeños gestos cómplices, de ironías, de fantasías, de literatura, de cine…. Una vez al año, encuentros de una cena con largo paseo y charla. Siempre los ecos de  algo indefinible que flotaba entre los dos. En mí, la intuición de su sensibilidad escondida, forrada de racionalidad y de ironía, un alma a descubrir. En él siempre la atención y la educación exquisita, la inteligencia mordaz y la sensibilidad especial para todo lo sutil, aunque lo disimulara, un gran lector, un gran oyente de música, un amante del cine. Su amistad y complicidad, un descubrimiento tardío, un reencuentro. Algo especial. Un privilegio y un placer haberle tenido próximo estos años últimos en que nos hicimos amigos. Ahora queda vacío ese espacio no espacio en que transcurrió  nuestra amistad, parece que se nota poco, nada cambia desde aquí tan lejos, al otro lado del mundo, incluso puede parecer que sigue allí al otro lado, como siempre. Sin embargo, saber de su muerte abre  un vacío, un pozo. Un imprevisto.
Habrá que grabar mensaje a mensaje en un pergamino, enrollarlo bien y meterlo en una botella y lanzarlo al océano, que viaje y flote en las aguas hasta el fin de los tiempos. Un poco de vida en una botella, fragmentos,  márgenes. Lo que yo conocí. Lo que ahora me falta.
Le gustaba Nara Leão. Sé que oyó esta canción con mi mensaje, y creo que, con su ausencia definitiva, tiene un sentido mayor. Allá donde esté. Más allá del horizonte.

jueves, 9 de enero de 2014

In memoriam


                                                                                                                                                             A Alberto, in memoriam.

Como nunca pudieron ser. Tal vez hermosos y cogidos del brazo por las calles iluminadas al atardecer, entre bulevares. Un cigarrillo en los labios, brillando la juventud en el cabello intenso y el viento agitando la falda de ella en las pantorrillas. Tal vez cómplices en un amor prematuro, ella adolescente. Y entorno a ellos, los cafés y sus miradores, semáforos en rojo, Françoise Hardy y pinchos de tortilla. 
En las pequeñas distancias, el placer del roce de un brazo y de la mano de él cálida en su cintura bajo la camisa, a menudo. Alguna palabra al oído. Y sus labios de repente cerca, soplándole brisas en el cuello. 
Como nunca fueron. Sin embargo, existen. Se mueven luminosos  por el espacio recóndito de la fantasía que despierta de forma imprevista, a veces, cuando hablan de tan lejos al cabo de tantos años.