sábado, 9 de enero de 2021

ciudad solitaria


"La soledad es personal y es también política. La soledad es colectiva: es una ciudad. En cuanto a cómo habitarla, no hay reglas y tampoco ninguna necesidad de sentir vergüenza; lo que hay que hace es recordar que la persecución de la felicidad individual no está por encima de nuestras obligaciones para con los demás ni nos exime de ella. Estamos juntos en esta acumulación de cicatrices, en este mundo de objetos, en este refugio físico y temporal que con frecuencia se parece al infierno. Lo importante es la bondad; lo importante es la solidaridad. Lo importante es que estemos alerta y abiertos, porque si algo hemos aprendido de lo ocurrido en el pasado es que el tiempo de los sentimientos no durará demasiado".

                                             Olivia Laing, La ciudad solitaria. Aventuras en el arte de estar solo.

sábado, 28 de marzo de 2020

día 6


Todos se habían ido.
Quedaban pequeños pájaros
deslizándose de puntillas sobre el agua
de la orilla,
una mariposa amarilla revoloteando
como  un objeto perdido,
una bandera roja e inútil,
y las garzas
tranquilas y blancas.
Quedaba la playa desierta
la espuma hinchada brillando
sobre la arena
resto frágil de mejores días.

día 5


Todo es verde y gris.
Dos gavilanes sobrevuelan las palmeras
con grandes alas desplegadas como hojas.
La hamaca apenas se mece.
El mundo todo dentro, suspendido en sí.
No hay casi movimiento.
No hay voces.
El alma en vilo.
Afuera es dentro.
Nado sumergida
en una pegajosa somnolencia.
Dormir es mejor que contar
número de muertos.
Despertar y zambullirse en un mar
de cigarras
de vez en cuando asomar la cabeza
para respirar.

domingo, 23 de febrero de 2020

junto al río


las mariposas negras que revoloteaban sobre el río
cuando mi cuerpo se escurría
pequeño entre los tirantes mojados
de mi bañador rojo
- para mí seres más bien tenebrosos -
eran libélulas
veo ahora su hermosura
sumergidos mis más de cincuenta
en el agua brillante y rojiza de otro río
que me acoge casi virgen
de bañistas
junto a la duna en sombra

todo este tiempo sobre mi cuerpo
nueve mil kilómetros de agua salada
y cinco décadas
para ser hoy todavía la niña
y descubrir las libélulas junto al río

jueves, 23 de enero de 2020

cuerpo en tránsito


difícil entender que ya no eres la que fuiste
o sí o también pero otra
otra casa
verse otra cada día cada mes al pasar los años
pasar de junco a tronco de pétalo a piedra porosa
ver lo que queda de aquello todavía
la belleza del curso menguado del río
de oler aún a río
al agua cuando ya se seca el agua
dejar poco a poco de ser fuente
y sin embargo
ser otra cosa sabiamente
hay una belleza intensa en la materia
todavía húmeda y oliente
en ese tiempo previo – vivo –
en que la planta la hoja la estrella de mar
fluyen hacia el estado de piedra
también son hermosos
el fósil y la concha en la playa vacía

domingo, 5 de enero de 2020

a veces


"A veces, muy de tarde en tarde, se tiene la impresión de que también los lugares un día conocidos y olvidados luego acusan nuestra presencia cuando volvemos a visitarlos, y se establece una corriente de complicidad que avisa del entendimiento mutuo, las manos del viento se vuelven más largas y tenaces al rozarnos la piel, se oyen murmullos casi imperceptibles, la luz se tornasola, toma, te estoy devolviendo algo tuyo que guardaba, me lo diste a guardar, ¿te acuerdas?, y el lugar sabe que sí, nota que estamos dándole las gracias como a un amigo."
                                                                              Carmen Martín Gaite, Irse de casa

miércoles, 1 de enero de 2020

año nuevo


ha sido suave el despertar en este primer día del año y gris
el cielo lleno de nubes pesado como una sauna
ando a primera hora hasta el mar
cuanto más cerca más sucias las calles
plásticos papeles orines
gentes cansadas
charcos mugrientos
llega la lluvia y espero bajo el toldo de una frutería
a mi lado una mujer con su niño y su madre
esperan a que amaine el agua
varios hombres sin techo se agolpan en el suelo en una esquina
cada dos o tres minutos, un hombre sale de la tienda
y les arroja latas vacías de cerveza
no se acerca no les mira no les habla
como si fuesen perros
uno de ellos se levanta cada vez y corre
recoge la lata la aplasta y la amontona con las otras
para venderlas
el sueño de la razón produce monstruos