jueves, 9 de enero de 2014

In memoriam


                                                                                                                                                             A Alberto, in memoriam.

Como nunca pudieron ser. Tal vez hermosos y cogidos del brazo por las calles iluminadas al atardecer, entre bulevares. Un cigarrillo en los labios, brillando la juventud en el cabello intenso y el viento agitando la falda de ella en las pantorrillas. Tal vez cómplices en un amor prematuro, ella adolescente. Y entorno a ellos, los cafés y sus miradores, semáforos en rojo, Françoise Hardy y pinchos de tortilla. 
En las pequeñas distancias, el placer del roce de un brazo y de la mano de él cálida en su cintura bajo la camisa, a menudo. Alguna palabra al oído. Y sus labios de repente cerca, soplándole brisas en el cuello. 
Como nunca fueron. Sin embargo, existen. Se mueven luminosos  por el espacio recóndito de la fantasía que despierta de forma imprevista, a veces, cuando hablan de tan lejos al cabo de tantos años.

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