viernes, 2 de octubre de 2015

Cartografías III


            



Hay arena y una playa. Una mesa llena de amigos, pocos, que no pueden faltar y otros que están por llegar. En la arena, en la mesa, caracolas, fruta, vino, pan.  Hay un libro con mi nombre y muchas palabras en construcción, yendo y viniendo sobre las hojas de papel.
Hay una casa y un jardín lleno de verde y hojas - unas que caen, otras que se renuevan. Hay un taller de descubrimientos adonde vuelven las palabras después de pasear por la playa. En la mesa del taller hay botes de pintura de colores, frascos con conchas, arena, cuadernos, piedras, cristales, hilos. Una brújula. En la casa hay espacio y luz y color. En las paredes, cuadros de mis amigos, que pintan y sueñan, inventan. Hay tejidos y mantas y cajitas que he comprado en viajes adonde he ido siempre muy bien acompañada, o sola, y bien acompañada también.
En el tejado hay una veleta que muestra la dirección del viento. Hay una cocina grande como un corazón llena de cacerolas y especias y conservas, aceites, licores y hierbas aromáticas, con una mesa grande y una silla para cada amigo, mi hijo, mis hermanas. 
Desde mi habitación, tras la vegetación del jardín, se oye el mar. En la terraza, tumbado en la hamaca duerme un hombre con ojos que miran y manos de gigante, un hombre que me bebe, me abraza. En la cama, hay buen dormir, calor, suspiros. La cama, a veces es barco, a veces nido. 

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