domingo, 1 de diciembre de 2013

Beatus Ille


"Vivo aquí desde hace muchos años, pero recuerdo cada día que he pasado en este lugar, sobre todo porque casi todos son iguales. me quedé aquí porque fue el único sitio que encontré donde la fórmula del tiempo se desvanece. No digo que la repetición infinita de las horas no haga retumbar la angustia, pero aquel tiempo voraz que me corroía no surte efecto."

"A veces me montaba en el autobús solo para recordar, para sentirme parte de la ciudad, para cederle el asiento a una embarazada. Es el bullicio, la posibilidad del contacto físico sin consecuencias y el escaparate que somos en las ciudades lo que echo de menos a veces"
                                                                      Lara Moreno, Por si se va la luz

Un pueblo abandonado, un lugar en el campo, donde recomenzar. Vivir de otra manera, romper con inercias ilusorias. Huir de la degeneración paulatina e inexorable de la vida a la que nos ha llevado la industria, la tecnología, el consumo. En un futuro que es casi como el presente, el planeta se arrastra poco a poco al fin. Una pareja lo deja todo y llega a un pueblo aislado donde viven apenas cuatro personas. Un beatus ille post industrial, donde el contacto directo con lo esencial, la tierra, el sol, el frío y el calor, se combina con la espera silenciosa a que llegue un futuro en que faltará la electricidad y el agua ya no saldrá por los grifos. A pesar de esa angustia contenida por un final que se vislumbra, la desconexión y la presencia de la naturaleza alivian y permiten, aunque sea, soñar con otro principio. 

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