domingo, 29 de marzo de 2015

Momentos


Descubro un solarium-terraza en la zona de embarque del aeropuerto de Barcelona.  Un espacio de remanso, de silencio y sol, con un parterre de romero en flor. Leo y tomo el sol intenso y brillante de primavera. Cojo una ramita de romero y me la llevo de amuleto. Me da buen augurio y calma y suaviza la tensión del viaje. Disfruto lentamente de este momento, de haber descubierto este mundo aparte. Somos solo tres o cuatro viajeros-lagartos al sol. Dentro, el movimiento imparable del aeropuerto, el tránsito. Esto, un paréntesis, una burbuja, un regalo. En el cielo los aviones que despegan.



"A natureza granular do tempo: os 6.400.099.980 momentos que constituem um único dia. Cada um desses momentos nos oferece a oportunidade de restaurar nossa determinação. Até um estalar dos dedos nos da 65 oportunidades de despertar e escolher ações que gerem carma benéfico e mudem nossas vidas"

"Tudo no universo está em constante mudança,  nada fica igual, e nós precisamos comprender a rapidez com que o tempo passa se quisermos despertar e começar a viver realmente as nossas vidas".

                                                                             Ruth Ozeki, A terra inteira e o céu infinito


3 comentarios:

  1. Precioso. Debe de haber cosas escritas sobre la creación de un espacio al aire libre -pura fuga- en unos de los lugares modernos de confinamiento voluntario por antonomasia que son los aeropuertos.

    Después de leer tu entrada he pasado por el aeropuerto de Barcelona y busqué este lugar. Y agarré una ramita de romero -qué buena idea plantar romero- no para que me tranquilizara, sino para que me protegía de los malos olores con los que tanto sufro en sitios tan cerrados como los aviones. Y resulto perfecto, oye: siempre me da cierta vergüenza taparme la nariz con foulard para no oler por si la gente que está alrededor se siente ofendida -que tb podría sentirme yo ofendida por cómo huelen- y en este viaje olía la ramita :-)

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    1. Yo todavía tengo en un frasquito la ramita que recogí, ya seca. Qué bonito, Sonia, que hayas visitado tú el mismo sitio. Buen lugar para refugiarse, verdad? Para peregrinar en busca de paz en medio de esa cosa rara que son los aeropuertos.

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    2. Sí, me encantó. Era inimaginable esa isla :-)

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